Hubo
un momento en que la felicidad se acabó, naufrague por un mar de depresión, las
manos que alguna vez me sujetaron me dejaron caer, no es fácil recuperar el
camino, cada caída es un poco más de fuerza, cada corazón roto hace darme cuenta
de que en el mundo hay muchos moustros, muchas sonrisas falsas, pero, hay que
saber no rendirse y así llegara un alma pura, un alma que no le importara
recibir los golpes por ti, un alma que te haga sentir a salvo.
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